sábado, 19 de enero de 2013

La Escocia Feroz


¿Por qué decidí que una de las escenas más monstruosas de Macbeth, la escena del asesinato de Duncan, podía ser una escena musical? A veces me pregunto si estoy siendo tan impertinente como Fred Roldán cuando hizo su versión musical de La Casa de Bernarda Alba. Lo peor, es que a mí me gusta esa versión, cosa que, según la opinión de todo el mundo, me hace desconfiar de mis gustos. Como sea él corrió un riesgo. Yo estoy corriendo otro. El problema de ponerse en esos peligros es que hay una buena posibilidad de que uno falle.

En fin, los actores asumieron el reto con bastante optimismo. Tampoco se trata de algo que no hayamos hecho antes. El espectáculo anterior, Navidad Distrito Federal, era bastante musical. Aquí el problema ha sido ajustar la música al trazo mediado por el uso de los ladrillos. Nos demoramos media hora en articular un juego con los objetos, y cuando lo vemos terminado, no resulta interesante. Mientras tanto, esto distrae a todo el mundo de la melodía y la letra. Supongo que todo se consolidará con los ensayos.

Claudia Ríos nos decía cuando estábamos en primer año que actuar es como manejar; uno tarda un tiempo en acostumbrarse a hacer todo (pisar el embrague, meter la velocidad, graduar el acelerador, etcétera) al mismo tiempo. El problema es que lo único que no nos sobra es tiempo. Consecuentemente yo no dejo de tararear la canción todo el día todos los días, de imaginar cómo debe ponerse en escena. Ésta es la letra que, por cierto, a partir de mi primer traducción, los actores han ido proponiendo cómo ajustarla:

Se jacta Italia de sus aguas doradas,
de sus vinos, sus flores y sus cielos de sol.
Bebiendo sus hijos el amor sus hijas,
perezosos retozan en lo suave y al calor
 
En cambio en Escocia hay montañas sinuosas
que cuentan la grandeza de los hombres que hay allí.
Tierra de nubes, tempestades brumosas,
de valientes, de altivos, gente feliz.
 
En el trono de la cima de sus montes nevados
el espíritu de Escocia es como una emperatriz.
Su manto de musgo ondea sobre las rocas
y su voz es el canto de las olas en la mar.
 
Armadas de imperios contra Escocia han marchado,
tras los riscos esperamos con mucha serenidad.
Firmes como piedras nuestras armas pelean
a ingleses, daneses o cualquier otro país.
 
Vean qué valientes marchan nuestros caballos
aunque bosques de espadas se ciernan a sus pies.
Los ojos de los hijos miran cómo pelean,

 de la ruina y la muerte a sus padres emerger
 
Audaces corazones guarden tumbas de piedra,
corazones que ardieron en el campo del honor.
Los aceros enemigos se retiran temblando,
victoriosa se yergue la Escocia feroz.
 
Audaces corazones guarden tumbas de piedra,
corazones que ardieron en el campo del honor.
Los aceros enemigos se retiran temblando,
victoriosa se yergue la Escocia feroz.
 
¡Victoriosa se yergue la Escocia feroz!
 

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