“Estaba viendo Gladiador con mi hijo de cuatro años –decía
Olguín-. Yo no la había visto y él la quería ver porque estaba encantado con
los carros de batalla, las espadas y los caballos. De pronto una rueda con
navajas pasó muy cerca de un etíope y le rebanó las piernas. Inmediatamente me
asusté. “¡Mocharon al negro papá, mocharon al negro!”, dijo mi hijo. Su mamá corrió
a mi auxilio: “No te preocupes mijito, no le pasó nada al señor”. “¡Cómo no!,
¡mocharon al negro!”, insistió él. Los niños están familiarizados con la
violencia hoy en día.”
Yo estoy de acuerdo con mi maestro, salvo que no creo que
sea cosa de hoy en día. Creo que la fantasía moderna burguesa que las películas
de Disney han apuntalado nos ha hecho creer que la violencia no forma parte de
las pulsiones humanas, sino que la inoculan en los niños la televisión, los
videojuegos y el internet. ¡Cómo si la Edad Media, por ejemplo, no hubiera sido
violenta! Si los niños están familiarizados con la violencia es porque son
seres humanos y si Freud tenía razón, a un niño de cuatro años no le son ajenas
las ganas de matar.
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